domingo, 21 de octubre de 2007

Recuperemos la buena educación y las buenas maneras: ¡Tratémonos bien!

Las primeras tutorías de este curso las estamos dedicando a repasar las NORMAS de la BUENA EDUCACIÓN o el CIVISMO. En definitiva, las normas que favorecen una buena convivencia, las que se basan en el respeto al otro, a los demás. No vivimos en una isla desierta en la que podamos hacer lo que nos dé la gana, vivimos en sociedad junto con otros seres humanos y hemos de aprender a vivir con ellos en armonía y con respeto. Aprender a convivir es aprender a renunciar a muchas cosas que nos podría apetecer hacer, pero que serían contraproducentes para las personas que viven junto a nosotros. Si además de respetar a los demás intentamos ayudar a los más necesitados estaríamos construyendo una sociedad más humana y mejor. A eso llamamos convivencia y solidaridad. Jonathan Swift el autor de los "Viajes de Gulliver" decía "las buenas maneras son el arte de hacer que los demás se encuentren bien con uno". Todo esto nos parece tan importante que merece la pena que le dediquemos un rato a reflexionar si estamos educando a nuestros hijos e hijas, alumnos y alumnas en las reglas y normas de la buena educación.

En las últimas décadas estas enseñanzas, propias del núcleo familiar, decayeron y dejaron de enseñarse en muchos hogares y en la sociedad en general. Probablemente se pensó que eran cosas anticuadas y obsoletas o se pensó que la libertad no debía de tener restricciones. Poco a poco se fueron perdiendo en muchos hogares y también en la escuela. Desde mi punto de vista, es necesario que revisemos esta situación y recuperemos esas enseñanzas, principalmente en el espacio familiar, pero también en la escuela.

En definitiva, el civismo o las buenas maneras no son sino la manifestación de respeto que les debemos a los demás para, a su vez, sentirnos respetados por ellos. En este sentido, conductas como ceder el paso o el asiento a una persona mayor o embarazada, pedir perdón, dar las gracias, pedir por favor, llamar de usted a las personas mayores, hablar sin chillar, no escupir en el suelo, tirar los desechos a una papelera y no al suelo, llamar a la puerta antes de entrar, acudir al instituto vestidos de forma adecuada, mostrar respeto por el profesorado y por los compañeros y compañeras, cumplir con nuestras responsabilidades en casa y en el instituto. En resumen, el civismo consiste en tratar a los demás con respeto y cortesía. Si alguien tiene alguna duda, sólo tiene que pensar en cómo le gustaría ser tratado en cualquier situación. La regla de oro de la convivencia consiste en no hacer a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti.

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